
No todo el mundo dispone de un loft en New York o un Château junto al Loira. Algunos se deben conformar con residencias más discretas, que no tienen el techo a 5 metros o una galería que ilumina las estancias. Por ello es necesario añadir un punto de imaginación para conseguir que las habitaciones no resulten claustrofóbicas y parezcan más amplias de lo que en realidad son. Aquí van unas reglas y algún truquito para convertir nuestra “solución habitacional” en el Buckingham Palace. Bueno, quizás no tanto.
Color, color, color
Elegir el color adecuado es básico para dar sensación de espacio. Se trata de que la estancia brille por sí sola gracias a la luminosidad que aportan ciertos tonos. El blanco es el rey, ya que es el que mejor refleja la luz, pero grises claros y cremas también son útiles. Aunque si no quieres que tu habitación parezca una sala de espera, juega con tonos pastel en las paredes dejando blancas las aristas de la habitación (molduras, puertas, ventanas…). Si aún así te parece soso, añade pinceladas de color con los muebles, pero siempre siguiendo un esquema de colores. Si no, conseguirás el efecto contrario.
Da luz y la oscuridad desaparecerá por sí misma
Esta frase de Erasmus viene perfecta para este punto. La luz natural es tu amiga, no la tapes con cortinas, utiliza sistemas que dejen pasar la luz. Los estores son siempre una gran idea, ya que puede elegir la cantidad de luz que deseas en cada momento. Si por desgracia, no tienes una buena fuente de luz natural y tienes que optar por la artificial, mejor optar por varios puntos de luz suave que uno gordo en el techo. Lámparas de mesa o pequeños halógenos bien dirigidos son muy buenas soluciones.
Menos es más
No dispones de mucho sitio así que no pretendas meter el billar, un sofá de 4 metros con chaise longue y tu colección de botijos. Pocos muebles y bien seleccionados son tu mejor opción. Elige muebles que dejen pasar la luz como una mesa de cristal, un estante fino o sillas con patas delgadas. Y si además son multifuncionales, mejor, te ayudarán a ganar espacio. Un sofá con arcón o una cama con cajones en su cabecero pueden solucionarte muchas problemas cuando no dispones de espacio. La ubicación también es importante. Coloca los muebles grandes junto a las paredes, para que dejen paso y el centro de la estancia quede lo más libre posible. Un golpe en la espinilla nunca ha dado sensación de amplitud.
No te olvides de las paredes y el techo
Llenar de cuadros la pared es una pésima idea si quieres que la habitación parezca amplia. Es mejor tener pocos cuadros que doten de personalidad a la estancia. No los coloques muy cerca del techo o la habitación parecerá baja y si te decides por poner varios, juega con las simetrías, las líneas rectas son tu amigas porque ayudan crear el efecto óptico de mayor distancia. Colocar bibliotecas desde el suelo hasta el techo también creará sensación de amplitud además de posibilitar más almacenaje. Si no tienes con qué llenarlas, puedes poner estantes de pared, pero a diferencia de los cuadros, mejor colocarlos cerca del techo.
Utiliza espejos
Otro “good friend” son los espejos ya que te permiten ciertos trucos. Si lo pones frente a la ventana, multiplicará la luminosidad. Si lo pones de cuerpo entero, la habitación parecerá más larga. Si realizas una combinación de varios, ayudarás a difuminar la luz. El techo también tiene sus utilidades, puedes colgar objetos en las esquinas o empapelarlo, para que gane protagonismo. Darle un tono ligeramente más oscuro que el de las paredes llamará la atención y dará sensación de mayor altura.
Mantén el orden
Y lo más importante. Mantenlo ordenado. Si quieres que parezca amplio, no puede parecer una leonera. Guarda las mantas que no uses. Ten tus papeles ordenados. Vuelve los libros a su sitio. Haz la cama. Ten un sitio donde almacenar la ropa usada… Todas estas cosas son tanto o más importantes que las dichas anteriormente.
Y tú, ¿qué trucos utilizas para hacer que tu habitación parezca más grande?